miércoles, 25 de noviembre de 2009

Culto al cuerpo

La disposición genética, los cambios hormonales, las oscilaciones de peso, los embarazos, el inevitable paso del tiempo y los malos hábitos como el consumo de tabaco, grasas y alcohol, configuran un explosivo cóctel que afecta al colágeno y la elastina, soporte natural de la piel.

Ante este desequilibrio, el cuerpo produce metaloproteinasas, enzimas que destruyen y aceleran el deterioro de la piel.

La envoltura cutánea corporal, que posee menos glándulas sebáceas que la piel del rostro y también sufre las agresiones de los rayos solares, exige exfoliación semanal e hidratación diaria para reafirmar, alisar y reponer la película hidrolipídica que se eliminada tras la ducha.

El simple gesto de aplicar leche hidratante evita la acumulación de células muertas en la superficie y calma las irritaciones.


A los cuarenta, es necesario un producto de efecto global que prevenga el deterioro celular con antioxidantes, ilumine y suavice la piel con vitaminas e hidrate durante todo el día con fórmulas ricas en glicerinas y mantecas explica Isabel Picou, responsable de la firma cosmética Clarins.

Las doctoras Mar Mira y Sofía Cueto, de la clínica de medicina estética Mira+Cueto, solucionan este problema con el tratamiento Accent-Pro + PRP, técnica que combina bioestimulación y radiofrecuencia con inyecciones de plasma, obtenidas de la propia sangre del paciente.

Los glúteos, los músculos más grandes de la anatomía humana, suelen perder su redondez y firmeza cuando la grasa y las toxinas se acomodan sobre ese mullido colchón.

Exfoliarlos una vez a la semana para acabar con las células muertas y dejarlos en condiciones óptimas para que reciban las bondades y beneficios de los productos anticelúltiticos es muy recomendable, dice Isabel Picou.

La escasez de grasa junto a la ausencia de soporte óseo y un menor número de melanocitos convierten el escote y el cuello en una zona altamente sensible al envejecimiento prematuro. Los cambios hormonales mensuales y la lactancia también explican el deterioro de los senos.

Limpiar, exfoliar e hidratar son buenos hábitos que ayudan a preservar su juventud. Geles, sueros y cremas específicas son un plus para combatir la pérdida de firmeza.

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